Leche de iniciación

Aunque nada se puede comparar con la leche materna, la mayoría de los bebés se alimentan con leche artificial algunas veces. Para algunas mujeres, amamantar a su bebé es simplemente imposible. Por ejemplo, si eres madre adoptiva o no puedes amamantar a tu hijo por razones médicas o de algún otro tipo, necesitarás conocer algunos datos sobre la alimentación con leche de iniciación.

Para algunas mamás, después de un período de amamantamiento inicial comienza la alimentación con leche de iniciación. Si estás amamantando, espera que tu bebé tenga tres o cuatro semanas de edad antes de utilizar la leche de iniciación como complemento para que continúes produciendo leche.

Los momentos en que das biberón a tu bebé son una maravillosa oportunidad para sentirse cerca de él y conocerse el uno al otro. También el padre del bebé y otros miembros de la familia pueden participar en la alimentación del niño desde el principio o cuando decidas cambiar de método. Asegúrate de que cada vez que alimentes a tu bebé, él sienta la misma cercanía, abrazos y palabras cariñosas tal como si lo estuvieras amamantando. Sostén la cabeza del bebé en un ángulo ligeramente elevado y mantén el biberón levantado para que no aspire mucho aire.

¿Cómo elegir la leche de iniciación adecuada?

Puedes estar segura de que las leches de iniciación para bebés están especialmente preparadas para satisfacer las necesidades nutricionales de tu hijo, casi como la leche materna, en la cual se basa su elaboración. Las principales marcas de leche de iniciación son similares. A menos que tu pediatra te indique lo contrario, elige una leche de iniciación enriquecida con hierro. Las leches de iniciación vienen en dos variedades básicas:

  • Listas para servir (las más costosas).
  • En polvo (la más económica).

Como es de suponer, las que permiten ahorrar más tiempo y esfuerzo son las más costosas. No obstante, todas son iguales si se preparan adecuadamente. Lee cuidadosamente las instrucciones cada vez que prepares la leche de iniciación. Para prepararla, sigue las instrucciones en forma exacta. Evita preparar biberones en medio de la noche cuando estés somnolienta o en momentos en que esté distraída.